“Las horas pasaban de forma distinta para cada uno. Mientras yo contaba los días para verte, el tiempo parecía escaparse de tus manos.”
Para mí, cada día sin ti
era un calendario vacío,
un reloj que se negaba a avanzar.
Para ti, el tiempo pasaba
como el viento en la ventana,
como si no dejara huella,
como si no pesara en los hombros.
Yo marcaba las fechas,
tú apenas las mirabas.
Yo guardaba los mensajes,
tú los dejabas ir.
El tiempo nos trató distinto:
a mí me dejó esperando,
a ti, olvidando.