“A veces, lo que más duele no es lo que se dice, sino lo que nunca nos atrevimos a preguntar.”
Quise preguntarte
si todavía escuchabas nuestras canciones,
si las calles que caminamos
seguían sonando a nosotros.
Quise preguntarte
si aún guardabas las fotos,
si todavía decías mi nombre
en voz baja cuando nadie escuchaba.
Pero no lo hice.
Porque temí que tu respuesta
fuera un no,
y que en lugar de un recuerdo,
me convirtiera en olvido.